La nueva
tradición en cocina mexicana.
Así es como se
definen ellos mismos. Punto MX es un restaurante mexicano de lujo. La verdad es
que no conozco la cocina mexicana tradicional ya que los restaurantes mexicanos
en los que he estado son bastante cutres y suelen ir a lo fácil sin cuidar
mucho ni el producto ni la presentación. En Punto MX sucede precisamente lo
contrario: muy buenos productos bien presentados y servidos.
Al llegar a este restaurante,
ubicado en el barrio de Goya, en el distinguido distrito de Salamanca, lo
primero que me impactó fue el ruido. Mucho ruido. Nadie me había contado nada
del sitio, así que no sabía qué estaba pasando. La explicación es bien
sencilla: el piso de arriba es un bar donde va la gente a posturear y tomarse cócteles.
Tras el pequeño susto bajamos al sótano, que es donde está ubicado el
restaurante, donde el ambiente es agradable. El sitio es moderno y bien
decorado aunque para mi gusto la iluminación es demasiado tenue.
Tras echar un
vistazo a la carta de bebidas, descartamos rápidamente los cócteles y los
tequilas. Los primeros nunca me han gustado de aperitivo, los segundos por
tener un precio disparatado. Nos pedimos una caña y una michelada. La michelada
es una guarrada que le gusta a los mexicanos y consiste en mezclar cerveza con
zumo de limón y echarle hielo. A pesar de lo mal que suena no está mal del
todo. Lo malo fueron los 10 minutos que tardaron en prepararla. El camarero nos
dijo que los “cócteles” los hacen en la barra de arriba y tardan más. Ya
descubrimos lo que iba a ser la tónica de la cena: la espera. En este sitio hay
que tener paciencia. Los platos van llegando poco a poco a la mesa. Muy poco a
poco. Por suerte cada vez que pedí una caña me la sirvieron de inmediato.
La carta está
llena de palabras desconocidas a este lado del Atlántico pero viene acompañada
de un pequeño glosario para que no te pierdas en ella. Destacan las mezclas
entre Mexico, España y Oriente; con carnes de alta calidad en toda la carta.
Nosotros nos decantamos por lo que nos pareció más singular. Al fin y al cabo,
la carne si es buena no me va a decir mucho del cocinero mientras que otras
preparaciones más elaboradas sí lo hacen. Al lío, esto fue lo que comimos:
Guacamole Punto
MX. Quería probarlo. Si estoy en un mexicano bueno el guacamole tiene que
serlo. Efectivamente, muy bueno. Sin embargo tampoco vi mucha diferencia con
uno casero o de algún restaurante más modesto. Lo que sí es destacable es que el
camarero te lo prepara en la mesa y te da a probar para ver si está a tú gusto.
Ceviche
de callos de lubina. Salsa de chile de árbol. Impresionante ceviche este de
callos de lubina. La textura del pescado es perfecta y la salsa que lo acompaña
también. Un diez. Probablemente lo mejor de la noche. Merecería la pena venir a
este restaurante sólo por este plato. Imprescindible.
Panuchos
de cochinita pibil. X’nipek de cebollita morada y chile habanero. Este plato es
lo más parecido en sabor y texturas a lo que te encuentras en cualquier mexicano
barato. Debo decir que la cebollita morada picante estaba mucho más buena de lo
normal pero no fue un plato que nos dijera nada especial.
Tacos
de atún rojo de almadraba. Salsa de chile serrano y limón verde. Excelentes
los tacos de atún. La calidad de la materia prima se nota nada más probarlos.
Estaban muy buenos, sin embargo me esperaba más. No sé que, algo. Algo más.
Tuétano
a la brasa. Salsa molcajeteada, majado de hierbas. Espectacular. Este
plato consiste en un hueso enorme, partido en dos, para que vayas poniéndote al
gusto en las tortitas. El sabor del tuétano unido al majado y la salsa dan un
equilibrio perfecto a los tacos que te vas haciendo. Ojo, este plato sólo lo
puedes odiar o amar. No hay punto intermedio. El tuétano es así. Te tiene que
gustar, no lo pidas si no estás convencido.
Conclusión:
estamos ante un buen restaurante. Se come muy bien, es agradable y no es
demasiado caro. Como puntos en contra destacaría la exasperante lentitud entre
plato y plato, el precio del tequila y que como está tan de moda es difícil
reservar.
Detalles:
Fecha
de la visita: 13 de octubre de 2013
Dirección:
C/ General Pardiñas, 40, Madrid
Precio:
45 € por persona